Hoy es
el primer día de mi vida sin champú (léase con tono dramático). No se muy
cuándo empezó mi curiosidad por la composición de los productos para el
cabello, las siliconas, los parabenos, el Lauril Sulfato de Sodio (¡el enemigo
público número uno!) y demás historias, pero en una de mis búsquedas en Google
para buscar la solución a éste y a otros problemas del/de mi mundo, kuxkuxeando o salseando, como se dice en mi tierra de
adopción, llegué a una página en donde una chica normal, sin problemas
aparentes ni pinta de Jipi
abrazaárboles contaba que se
lavaba el pelo con una mezcla de agua y bicarbonato. Sin saber cómo, había dado
con la revolución (o, mejor dicho, con el azote) de la cosmética para el
cabello: el sistema Nopoo.
Nopoo
es el término que se utiliza para denominar a los métodos para lavarse el
cabello sin utilizar champús comerciales, pero a menudo se emplea para hacer
referencia a uno en concreto: lavarse el pelo con agua y bicarbonato y
acondicionarlo con una mezcla de vinagre y agua. Eso es precisamente lo que
pienso hacer con mi pelo de ahora en adelante. Ahora es cuando la gente pone
cara de “¿Pero eso funciona?” (Otra de las ocurrencias de la loca
revolucionaria de Lorena), te invita a que se lo expliques (¿Dónde narices
habrá leído ésta semejante sandez?) y te anima a que lo pruebes y se lo cuentes
(Le doy tres días para que aparezca llorando, lamentándose por su pelo y
buscando un nuevo sistema para alisar, obtener rizos perfectos o similar…Eso,
si no se le cae a trozos, claro..-levantamiento de ceja-).
Los defensores del Nopoo afirman que el cuero cabelludo tiene
una tendencia natural a mantener el equilibrio sebáceo. Sin embargo, los
champús comerciales acaban con la grasa nautral que produce el cuero cabelludo
haciendo que éste, en consecuencia, termine por producir más grasa como
mecanismo de compensación, con lo que termina produciéndose un círculo vicioso
que hace que cuanto más los lavemos el pelo más grasa produzcamos y más
frecuentemente debamos lavárnoslo ¿No habéis pensado nunca que el pelo cada vez
os dura menos tiempo limpio? Yo sí, pero hasta ahora pensaba que era un
producto de
mi-imaginación-mi-obsesión-por-el-pelo-mi-estrés-mis-eternas-dudas-existenciales.
Parece ser que, a la vez que flaco favor le hacen a nuestro
preciado pelito, los champús nos engañan pero bien. Los champús y, en general,
los productos para el cabello contienen químicos sintéticos que, a la vez que
van estropeando el pelo, hacen parecer que éste está sano cuando por dentro se encuentra maltratado (pobriño). Entre
otras cosas, los responsables de esta barbarie que amenaza con acabar con mi
salud mental/capilar son los detergentes, que arrastran sin discriminar
suciedad de grasas buenas (vamos, como los antidisturbios este fin de semana en
Madrid, con perdón) y que con el tiempo pueden romper la capa externa del cabello
(la cutícula) provocando que a largo plazo el pelo se seque y se parta; y las
siliconas y otros acondicionadores, que lo cubren de una película haciendo
parecer que está sano y brillante, cuando en realidad está maltratado por
dentro, y que, además, ahogan el cuerpo cabelludo. Por otra parte, no hace
falta que os diga que el uso de champús, cremas y demás arsenal de guerra
implica también una gran cantidad de envases...Comprar bicarbonato a granel,
usar minicantidades de vinagre y reutilizar botellas de plástico nos permite
hacerle un pequeño favor al planeta a la vez que, muy importante en estos
tiempos que corren, ahorramos dinerito.
Ahora que con un par de argumentillos espero haberme ganado
vuestra atención (o por lo menos haber relajado mínimamente vuestras cejas
desde ese gesto de “¿¡¡Pero qué diiiice!!?” al de “A ver…si por
escucharla tampoco perdemos ná”). Voy a explicaros paso a paso cómo lo hago
yo y cuáles han sido los resultados en mis primeros dos días Nopoo.
En primer lugar me mojo bien
el pelo y después poco a poco voy repartiendo por el cuerpo cabelludo la mezcla
de agua y bicarbonato a la vez que masajeo para que no quede ninguna zona por
empapar. Con respecto a la mezcla, yo la hago en una botella de plástico
reutilizada cualquiera, aunque la gente utiliza botellas con pitorrito que, parece ser, son más cómodas.
Añado una cucharada sopera rasa de bicarbonato por cada taza de agua, que en mi
caso son tres ya que tengo el pelo largo y abundante. Una vez repartido todo lo
dejo actuar un minuto mientras me enjabono el cuerpo (nota mental: buscar un
nuevo super-método revolucionario para el cuerpo también. Si el pelo no se
merece químicos mi cuerpo
serrano tampoco) y después
aclaro como si del champú se tratase. Tanto cuando me lavaba con champú como
ahora me lo aclaro bastante, es una manía.
Después del lavado toca el acondicionado, el momento que más
miedo le da a mi churri y por el cual estoy bajo amenaza
de ser nominada y expulsada de la casa en el momento en que mi cabecita tenga
un mínimo aromilla a ensalada césar: el enjuague con agua y vinagre. He de
decir que yo también tenía mis reparos, aunque, más que por el olor, por el
recuerdo a aquellos tiempos del cole en los que el agraciado con una plaga de
piojos era además estigmatizado por ir oliendo a encurtidos, pero un buen
aclarado lo puede todo. La mezcla es parecida, yo suelo añadir un pequeño
chorrito de vinagre por cada taza de agua (otra vez tres). Después, aclaro como
si no hubiese mañana.
He de decir que no puedo estar más contenta con los
resultados. Me he lavado el pelo dos veces esta semana, una el Martes y otra el
Viernes, lo cual, siendo deportista es todo un récord, y no he tenido sensación
de llevar el pelo sucio, es más, me lo he lavado porque este fin de semana
estaré fuera de casa y tenía una mezcla de querer-estar-guapa-p´al-finde y de
miedo a que me pillase el toro, darme cuenta de que no está tan limpio como
pensaba y no tener el kit de Nopoo encima.
La primera vez creo que me pasé con el bicarbonato (yo soy de
las de: “¿Será suficiente..? Bueno, por si las moscas un poco más.”). Al
secarlo lo noté muy limpio y brillante, pero cargadísimo de electricidad
estática, el flequillo se me pegaba a la frente. Me lo lavé por la noche y por
la mañana ya no estaba tan disparado. La segunda vez fui más estricta con las
cantidades y el resultado buenísimo. Pelo brillante, limpio y manejable (suelo
planchármelo).
Por ponerle una pega diré que esperaba que el pelo estuviese
más suelto y con más volumen, pero no puedo atribuirle el efecto al Nopoo, ya
que esto me estaba pasando en los últimos meses y por eso mismo decidí pasar de
los champús. De todas formas, creo que probaré a rebajar un poco la cantidad de
vinagre a ver qué pasa. Los expertos dicen que el cuero cabelludo tarda entre
dos y seis semanas en regular de nuevo su producción de grasa, así que yo, que
llevo dos días y estoy más
feliz que una perdiz creo que
no me puedo quejar. Eso sí, la finalidad del Nopoo, o de sus vertientes más
puristas, es terminar lavándose el pelo únicamente con agua para eliminar el
polvo, la polución etc. ya que el problema de la grasa se resuelve al regularse
el cuero cabelludo. Personalmente, no sé si seré capaz, o si mi actividad
deportiva me lo permitirá (entreno todos los días, no pain no gain)..pero no
estaría nada mal.
¿Qué os parece?¿Os apuntáis al Nopoo?
Hola que tal? Acabo de leer tu post.....aun sigues con el método sin shampoo???Quiero empezar por que mi pelo ya es imposible de manejar: se me aplasta en el cuero cabelludo (por la grasa) y se me alborota (durante un par de horas) en medios y largos.
ResponderEliminarOjalá me puedas responder. Gracias por compartir!!!!